martes, septiembre 11, 2007






-- 4 de Septiembre 1970 en Chile: Victoria de la Unidad Popular.
- 11 de Septiembre 1973, con Allende siempre, siempre venceremos..!
- El mejor homenaje a Allende, aquí y ahora, es hacer solidaridad con el
pueblo boliviano y su presidente Evo Morales.
- Hasta entonces, los pueblos de América habían conocido de la democracia,
más o menos la posibilidad de elegir y ser elegidos... Con la llegada del Chicho a la casa de los Presidentes de Chile, el pueblo se ve ante la posibilidad de ser incluido en la redistribución de la riqueza de su nación.
-- Para llegar a esto, hubo de parirse un 4 de Septiembre
y como setenta años de lucha, porfiando por la unidad de todo el pueblo,
sobre una base de sustentación social con dos partidos marxistas
y un movimiento sindical poderoso y unido.
- Tres años después de la fecha victoriosa del 4 de septiembre
vino el dolor del 11 de septiembre chileno, cuando los fascistas y la CIA
a Salvador Allende le disparan con pistola, con fusil, con bazookas,
con tanques, con rockets zumbados desde aviones supersónicos…
Sólo les faltó que le lanzaran una bomba atómica..! Entonces los mal nacidos, como reprochándole a él la incapacidad de ellos para matarlo con tanto y dispar poder de fuego, han intentado crear la matriz de que Allende se habría suicidado, así, aislado de todo contexto, en un vano intento para volverlo a matar, soñando disminuir su valor y su heroísmo ante los ojos de su pueblo. Pues bien equivocados están: el Presidente Allende murió en combate, combatiendo a sus cañones, combatiendo a sus cohetes y a sus tanques y a sus patrañas y a sus traiciones y a la putamadrequelosparió..!
Allende, una vida por la vida .



El señor Director de Educación Provincial, de visita en una de las escuelas primarias bajo su jurisdicción, le hace a uno de los pequeños alumnos, la clásica pregunta: "¿...y usted, jovencito, qué quiere ser cuando grande...?
--Yo, señor, yo voy a ser Presidente de Chile--, le respondió con toda seriedad el niño Salvador Allende.

Salvador Allende Gossens nació en Valparaíso, primer puerto de Chile, en el año 1908. Ya en la Universidad de Chile (misma que fundara don Andrés Bello), se destaca como líder estudiantil en la muy aguerrida FECH, Federación de Estudiantes de Chile.

En 1938 se produce el primer triunfo electoral de la izquierda chilena. El maestro de escuela militante del Partido Radical, don Pedro Aguirre Cerda gana la presidencia de Chile encabezando el Frente Popular tras la consigna "Gobernar es Educar". Allende, con treinta años, asume como Ministro de Salud.


Ese Gobierno Popular sembró el país de modernas construcciones educacionales (los llamados Grupos Escolares, solían ocupar como toda una manzana...). También comenzó la moderna industrialización del país, con la creación de la Corporación de Fomento, "CORFO", y el Servicio Nacional de Salud.

Como diputado y senador, Allende es el autor de múltiple leyes en beneficio de la mujer, de las niñas, los niños y la familia, quizás sea quien hizo más leyes para ese sector. Allende es Presidente del Senado cuando debe acudir a la frontera con Bolivia para encontrarse con los compañeros del Che, sobrevivientes de suceso de Ñancahuazú, a quienes les brinda su alta protección y los acompaña hasta La Habana .

Allende fue cuatro veces candidato a la presidencia de Chile. En 1952, su partido, el Partido Socialista de Chile, apoya la candidatura del general populista y ex-dictador Carlos Ibáñez del Campo. Allende enfrenta serias desavenencias con su partido y termina siendo candidato de pequeños partidos y movimientos de izquierda y del Partido Comunista de Chile, comenzando así el largo camino de unidad entre Allende y los comunistas chilenos.

Para 1958, reunificado el PS y teniendo como base la unidad comunista-socialista, se suma ahora el Partido Democrático para conformar el FRAP, Frente de Acción Popular: Allende pierde (seguro es decir "le roban") la elección por sólo 30.000 votos contra el gerente Jorge Alessandri.
Eduardo Frei es tercero.

Para la elección de 1964 vamos a tres bandas. El FRAP, el Frente Democrático, de la derecha, y la Democracia Cristiana. Los número daban ganando a la derecha, pero una elección complementaria en Curicó, (elección por muerte de un diputado en ejercicio), da el gran batacazo, y en una zona reconocida como territorio de la derecha triunfa un médico socialista, el Dr. Naranjo, apoyado por toda la coalición de la izquierda y con la presencia de Salvador Allende en toda la campaña. Tremenda campanada de alerta para el sistema. La posibilidad de un triunfo revolucionario crea un terremoto político que desbarata la alianza Frente Democrático. Así, sin armar oficial unidad con ella, la derecha chilena suma sus votos a la Democracia Cristiana y Eduardo Frei gana las elecciones por mayoría absoluta. El todos contra Allende funciona y éste llega segundo, pero lejos.

Para 1970, las reformas, apenas reformas de Frei tienen molesta a la derecha y no se ve posible un acuerdo "anticomunista" como en 1964. Tres candidatos van a la pelea: Jorge Alessandri, por la derecha. Radomiro Tomic, por la Democracia Cristiana gobernante, y el médico Salvador Allende por la flamante Unidad Popular, UP, que se ha conformado sobre la base de la unidad socialista-comunista, pero a la cual se le suman ahora sectores que se desprenden de la democracia cristiana chilena y dan nacimiento al MAPU, más la totalidad del Partido Radical (socialdemócrata), que vuelve así a sus raíces, sumándose otra vez al proyecto de la izquierda chilena.

El gran mérito de la Unidad Popular es que ella logra un acuerdo, primero, sobre un amplio y detallado Programa de Gobierno. De ese Programa (un libro así de grueso), se desprende un folletico con "Las 40 primeras medidas del Gobierno Popular": tres meses antes de las elecciones, ya estaba programado el trabajo inicial del gobierno. Pero no hay acuerdo sobre el candidato. Todos quieren que sea el suyo. Los socialistas levantan la candidatura de Allende. Los radicales, la de Hugo Baltra. Los comunistas dicen entonces, que si no hay voluntad de acuerdo, no usarán su importante capacidad de trabajo para apoyar esfuerzos no unitarios. Si es para perder, dice el PCCh, lo haremos con uno de nuestras propias filas, y levantan una candidatura llena de dignidad y simbolismo, la del poeta Pablo Neruda.

Pero se llega a un acuerdo. Todos los candidatos de la Unidad Popular renuncian. Los comunistas aceptan el nombre de Salvador Allende.
Los demás lo apoyan también. El pueblo se siente a la ofensiva: el Quilapayún ha grabado "La Cantata Santa María de Iquique". Un joven comunista gana la presidencia de de Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, la FECH, importante barómetro de la política chilena. El Colo-Colo puntea en el torneo oficial de fútbol. La campaña radial de la izquierda chilena finaliza con el venezolano Luisín Landáez cantando "De ti depende..." “De ti depende, de ti depende / quel presidente sea, el mismo questás pensando… que sea Allende, que sea Allende…” Allende anuncia "En mi gobierno, los niños serán los únicos privilegiados..."

En un país donde no votan los analfabetas, Salvador Allende le gana a Jorge Alessandri, primer accionista de las ocho plantas papeleras que conforman el monopolio de esa industria en Chile. Radomiro Tomic, de la Democracia Cristiana llega de tercero. La noche de ese 4 de Septiembre, Allende proclama su triunfo en la principal avenida de Santiago, la Alameda Bernardo O´Higgins, hablando desde los balcones de la sede de la Federación de Estudiantes de Chile, la FECH. Es el primer militante marxista que gana la Presidencia de un país por elección universal, con una promesa electoral abiertamente popular y revolucionaria.

Salvador Allende, el compañero Presidente o los 1000 días del Pueblo Chileno.

Salvador Allende ganó las elecciones un 4 se septiembre de 1970. Su gobierno fue derrocado por el golpe militar encabezado por Augusto Pinochet y la CIA, tres años más tarde, el 11 de Septiembre de 1973. En tanto estuvo en el poder, el Gobierno de la Unidad Popular hizo una obra patriótica y popular sin precedentes. De allí destacamos:

Nacionalización del Cobre, el salitre y el hierro. Nacionalización de la Banca. Redistribución del Ingreso Nacional y Democratización de Crédito.

Profundización de la Reforma Agraria y creación de los Consejos Campesinos. Le restituyó sus tierras a los pueblos indios, Mapuches, araucanos y otros... Se registran con Allende, los más bajos índices de analfabetismo y mortalidad infantil de la historia de Chile. La Educación, la Salud y la Cultura estuvieron, como nunca antes, al alcance del pueblo. La más amplia participación de la juventud en la cuestiones del Estado y la Nación. La juventud chilena logró con Allende el derecho a voto a los 18 años, y los más altos índices de matrícula estudiantil a todos los niveles. En algunos gremios, como la Construcción, por ejemplo, se logró el pleno empleo. Chile debió importar cemento por el gran auge de la construcción durante el gobierno del Presidente Allende. La Central Única de Trabajadores, CUT, hizo la primera elección de sus autoridades a todo nivel, por elección universal y secreta de todos sus miembros (con la más alta votación, los comunistas ganaron la Presidencia, de segundo llegó el Partido Socialista y de tercero la Democracia Cristiana). Durante el gobierno popular la sindicalización aumentó a más de un millón de trabajadores, en un país por entonces con 13 millones de habitantes. Los trabajadores tuvieron acceso a la dirección de las empresas, a través de los Consejos de Administración. También los trabajadores asumieron la vigilancia y promoción de la producción a través de la "Batalla de la Producción". El pueblo se organizó a todo nivel: las JAP, Juntas de Abastecimiento y Precios, coordinaron la distribución de alimentos, como forma de combate al sabotaje del enemigo, que hace especulación y desabastecimiento

Un decreto del Gobierno Popular aseguró el Medio Litro de Leche Escolar.
Los Momios al contraataque...
En tanto estos avances para el pueblo, el enemigo atacó a través del sabotaje del desabastecimiento, precisamente porque el gobierno del Presidente Allende puso al pueblo en las mejores condiciones de acceso al consumo, en toda la historia de Chile. El auge de la construcción, obviamente, no fue para construir mansiones, sino casas y apartamentos para los pobladores pobres.

El gobierno del Compañero Presidente Salvador Allende conformó una amplia Área de Propiedad Social de la Economía, nacionalizando todas las empresas estratégicas y monopólicos, como las textiles, ensambladoras de carros, electrodomésticos, etc.

En lo internacional, la Unidad Popular hizo permanente solidaridad con Viet-Nam. Se reiniciaron las relaciones con Cuba y se abrieron relaciones con China.

Allende y la Juventud.
(Comenzando por la noche en que se creyó que los
jóvenes allendistas y los jóvenes de la Democracia Cristiana
se caerían a patadas… pero se cayeron fue a abrazos…)

En noche del 4 de Septiembre de 1970, ya concientes las fuerzas de la UP acerca de su triunfo, se comenzaron a movilizar las columnas juveniles, buscando la Alameda Bernardo O´Higgins para llegar al sitio desde donde Allende hablaría al pueblo, proclamando su triunfo. Un contingente de jóvenes que estaba en Teatinos, frente al Comité Central del Partido Comunista, se movilizó unas cuadras más abajo, buscando el Comando Nacional de la Campaña, donde sumó a su columna otro grupo de jóvenes que había allí.

La engrosada columna tomó entonces por la calle San Martín, donde se encontraba por entonces el Comité Central del Partido Socialista de Chile. La juventud reunida frente al PS se suma a la masa juvenil que ahora avanza hacia la Alameda Bernardo O´Higgins. Pero la desembocadura de la San Martín en la Alameda coincide con el ubicación del imponente edifico de la Democracia Cristiana, donde miles de jóvenes han permanecido en esas adyacencias, concientes ya de su derrota, pero fieles a su organización... al sentir el acercamiento de los jóvenes allendistas, los jóvenes de la DC (el COPEY chileno) se apelotonan hacia la desembocadura de la calle San Martín. Unos se apelotonan y otros avanzan, acercándose peligrosamente, hasta que las columnas se detienen una frente a otra. Algunas radios anuncian que se avecina un choque ya que las columnas no dejan su lento pero insistente avance... y así es, los unos se acercan hacia los otros hasta que... ¡hasta que los jóvenes de ambos bandos echan a correr y se confunden en miles y miles de abrazos...! Y es que con el triunfo de Allende los que estaban ganando en Chile eran los cambios, la voluntad de cambios que también se reflejaba en un buen porcentaje de la votación de la Democracia Cristiana y sobretodo de los jóvenes de la JDC.
La derrota de la derecha era motivo de celebración para esos jóvenes democristianos, por algo de esas filas había salido la división, antes de las elecciones, que conformó el MAPU y, después de las elecciones, una nueva escisión en la DC da nacimiento al Partido Izquierda Cristiana.
Los chamos/chamas de veterinaria se quedan dormidos en clases…
La juventud chilena hizo un importante aporte a través de gigantescos operativos de Trabajo Voluntario, los que no comenzaron con el triunfo de Allende, sino mucho antes, cuando éramos oposición… Ya en el Gobierno Popular, hubo movilizaciones importantes como aquella donde con cuatro contingentes de cinco mil jóvenes cada quince días, en una encrespada zona geográfica cercana a Cabildo, que no permitía la operatividad de máquinas, sólo a pico, pala, carretillas y ¡a mano! se movieron toneladas de piedras hasta lograr ¡cambiarle el curso a un río..! Con los universitarios en las minas del cobre, con el significativo trabajo del Movimiento de Innovadores, el trabajo voluntario de los jóvenes chilenos, que comenzó como un acto emocional, terminó teniendo incidencia económica para la nación.

En otras oportunidades el trabajo voluntario se mezcló con la lucha contra la sedición. Los momios (escuálidos de allá), en una acción de sabotaje en contra de los niños y madres chilenas, empezaron a mandar a los mataderos gran cantidad de vacas, cosa prohibida por las leyes chilenas. El control era de lo más difícil, porque si bien se podía poner un policía en cada matadero, había la posibilidad de un soborno o cualquier otra triquiñuela. Entonces saltaron los estudiantes de veterinaria, los nuestros, los revolucionarios, los allendistas, que se ofrecieron para hacer turnos nocturnos, que era el horario difícil, ( durante el día sí había posibilidad de control ).
El resultado fue inmediato, cientos de vacas se salvaban cada noche. Pero a los pocos días se vio el efecto de ese aporte en los salones de clases, los nuestros se quedaban dormidos y tenían severos problemas para asumir su rendimiento. Fueron los esfuerzos de una juventud esperanzada y comprometida con el destino de su pueblo y apoyando a su presidente Salvador Allende.

A propósito del tema juvenil, son significativos los discursos de Salvador Allende con los estudiantes de la Universidad Técnica del Estado y la Universidad de Concepción, en Chile, y de la Universidad de Guadalajara, en México, allí donde Allende dijo que “ser joven y no ser revolucionario es una contradicción, hasta biológica…” Este último es fácil de encontrar en Internet, google, pedir discurso de Salvador Allende en la Universidad de Guadalajara.

¿Y cómo murió Salvador Allende…?

Allende lo había dicho días antes. Si se veía en el trance de que lo quisieran sacar del sitial donde el pueblo de Chile lo había puesto, él cumpliría con su deber, defendería la Casa de los Presidentes de Chile, no lo sacarían vivo de La Moneda. Pero el que Allende cumpliera es algo imperdonable para el imperio y sus tontos útiles de la derecha chilena. Así que después de como 20 años de esa dolorosa mañana, han salido algunos individuos a disertar acerca de cómo murió Allende y, según ellos, con toda mala intención, Allende se habría suicidado.

Con toda mala intención, lo decimos, porque el suicidio y los presidentes de Chile, tienen su historia, y la mala intención está en no mencionar esto.
A comienzos del siglo XX, en Chile hubo un presidente, José Manuel Balmaceda, quien intentó nacionalizar las minas de salitre, en manos de imperialistas ingleses. Hubo una guerra civil entre partidarios de los ingleses y partidarios de Balmaceda. Balmaceda perdió, pero no se dejó atrapar por los pro-imperialistas vencedores. Balmaceda se suicidó. Así que tratándose de recuperar riquezas básicas enfrentando a algún imperio y perder la batalla con suicidio del presidente, eso, en Chile, tiene una especial lectura de amor a la patria y dignidad. Pero eso no lo dicen, no lo mencionan los malnacidos que agarran sus quince minutos de fama haciéndole un mandado sucio al imperio, intentando sin lograrlo, bajar al presidente Allende del alto lugar donde lo tiene el pueblo chileno y todos los pueblos del mundo. Y así y todo pierden, porque, en Chile, en las circunstancias señaladas, hasta un suicidio es morir en combate.

Que en combate murió Salvador Allende . Tres años después de la fecha victoriosa del 4 de septiembre, vino el dolor del 11 de septiembre chileno, cuando los fascistas de la oligarquía chilena y la CIA, a Salvador Allende le disparan con pistola, con fusil, con bazookas, con tanques, con rockets zumbados desde aviones supersónicos…¡sólo les faltó lanzarle una bomba atómica..! Entonces los malnacidos, como reprochándole a él la incapacidad de ellos para matarlo con tanto y dispar poder de fuego que tuvieron en esa dolorosa mañana, ahora intentan crear la matriz de que Allende se habría suicidado, vano intento de volverlo a matar, soñando disminuir su valor y su heroísmo ante los ojos de su pueblo. Pues bien equivocados están: el Presidente Allende murió en combate, combatiendo a sus cañones, combatiendo a sus cohetes y a sus tanques y a sus patrañas y a sus traiciones y a laputamadrequelosparió..!

De ahí que esta gente cada día está más muerta, mientras Allende está cada día más vivo. Vivo allá arriba en Chuao, aquí en Caracas, en el Centro de Alta tecnología médica “Salvador Allende”, de Barrio Adentro-3… Y vivo junto a Fidel, vivo junto a Chávez, vivo junto a Lula, junto a Kitchner, junto a Tabaré, junto a Evo, junto a Correa, y cuando Daniel Ortega termina sus actos políticos cantando “El Pueblo Unido Jamás Será Vencido” de la Revolución Chilena, Allende está vivo en la felicidad de cualquier niño nicaragüense, o en el corazón de todos los hombres y mujeres de buena voluntad del Planeta Tierra.

La Vía Chilena hacia el socialismo
Y la cuestión de las armas…

Muchos simplifican las cosas en este punto, como para hacernos creer que la derrota en Chile fue cuestión de armas más o armas menos, o peor, que en Chile fuimos tan ingenuos que ni pensamos en que el enemigo se nos vendría encima aprovechando la custodia que las fuerzas armadas tenían de las armas de la república. Ambas creencias son falsas.
En primer lugar, las armas, por si solas, no hacen la diferencia. Para quienes creen en eso, recordemos que en la Unión Soviética, por ejemplo, se tenían todas las armas del mundo, incluso las más poderosas bombas atómicas, y sin embargo se perdió.

También es errada la percepción de la ingenuidad con que enfrentamos la situación. Por supuesto que había un plan de defensa, el cual se basaba en la división que se produciría en éstas al momento de producirse el enfrentamiento.

La primera cuestión a señalar es el esfuerzo que se hizo por tratar de llegar a un enfrentamiento natural: el 80 por ciento de la población (el pueblo) contra no más del 20 por ciento de ella (los privilegiados, los ricos). Para la derecha el asunto era al verés: lograr trasladar su crisis (que ellos sí estaban en crisis) hasta grupos de clase media que no tenían nada que perder con Allende, pero que al ponerlos nerviosos les servían a la reacción como caja de resonancia, como tontos útiles.

Allende ganó con apenas un 33 por ciento de los votos, pero no por un descuido de la legislación chilena, sino por inteligencia de la izquierda chilena, que supo potenciar el espíritu de cambios que había en la votación de la Democracia Cristiana, haciéndola hasta el 4 de Septiembre irreconciliable con la derecha chilena. Aún así, en cada elección que vino, municipales, parlamentarias, la Unidad Popular crecía pisando firme hacia la mayoría absoluta. Precisamente apuran su golpe, entendiendo que después de pasar el 50%, el proyecto allendista sería imparable.

Es más: para las últimas elecciones de diputados y senadores, la derecha planteó la cuestión a nivel de plebiscito: querían obtener los dos tercios del parlamento, para así están en condiciones de destituir a Salvador Allende. Y aunque sacaron más votos que la Unidad Popular, estuvieron lejos de llegar a esos dos tercios legalmente necesarios.

Pero igual, aunque no llegaron a esa meta que ellos mismos le presentaron como reto al electorado, igual presentaron en la Cámara de Diputados la acusación constitucional contra el presidente Allende. Ganaron la votación pero no lograron los dos tercios. Sin embargo, el resultado lo usaron, les sirvió como sustento “legal” para mover hacia las fuerzas armadas contra la constitución y las leyes chilenas, dando el golpe criminal contra el gobierno legítimo del compañero presidente Salvador Allende.

Según el “plan B” de la izquierda chilena, habría allí un quiebre en las Fuerzas Armadas, quedando el enemigo fuerte en la Aviación y la Marina, mientras el pueblo potenciaría al ejército y hasta Carabineros de Chile. Así el destino del proceso no quedaba en la aventura menor de meter a escondidas unas armas aquí y otras armas más allá… Habría un estamento de combate listo para defender la constitución, incrementado con la organizada participación popular para responder al golpismo. En tanto, los trabajadores se tomarían, como se tomaron, las fábricas, los estudiantes sus centros educacionales, los pobladores sus barrios, etc.

¿Y por qué no funcionó eso?
Por la traición. Por el salto de talanquera del Pinochet, quien se estimaba era uno de los nuestros. Al pasarse al otro bando, el gran traidor desnudó todo el sistema “nuestro” de defensa, él sabía quién era quién en el ejército, así que el golpe del 11 de septiembre comenzó dentro del ejército, nuestros oficiales y clases más destacados fueron los primeros presos, torturados, desaparecidos, asesinados.

Es más, la izquierda chilena ha sido mezquina en cuanto a rendirle el homenaje que se merecen nuestros militares patriotas, primeras víctimas ante la traición de Pinochet.
Gracias a la traición, no tuvimos pues la alternativa de defender con posibilidades de triunfo, a través de las armas, el veloz proceso chileno de apenas tres años y tantos cambios revolucionarios.
Las últimas palabras de Salvador Allende.

Con su reconocido guáramo, el Compañero Presidente aprovechó los últimos minutos de transmisión que tuvo antes que los fascistas tumbaran las antenas de Radio Magallanes, y con clara conciencia de su papel histórico se dirigió a su pueblo. Esta es la parte final de lo que ahora se conocen como sus últimas palabras:

9:03 A.M. por Radio Magallanes
En estos momentos pasan los aviones. Es posible que nos acribillen. Pero que sepan que aquí estamos, por lo menos con nuestro ejemplo, que en este país hay hombres que saben cumplir con la obligación que tienen. Yo lo haré por mandato del pueblo y por mandato conciente de un Presidente que tiene la dignidad del cargo entregado por su pueblo en elecciones libres y democráticas. En nombre de los más sagrados intereses del pueblo, en nombre de la Patria , los llamo a ustedes para decirles que tengan fe. La historia no se detiene ni con la represión ni con el crimen. Esta es una etapa que será superada. Este es un momento duro y difícil: es posible que nos aplasten. Pero el mañana será del pueblo, será de los trabajadores. La humanidad avanza para la conquista de una vida mejor.
Pagaré con mi vida la defensa de los principios que son caros a esta Patria. Caerá un baldón sobre aquellos que han vulnerado sus compromisos, faltando a su palabra... rota la doctrina de las Fuerzas Armadas.
El pueblo debe estar alerta y vigilante. No debe dejarse provocar, ni debe dejarse masacrar, pero también debe defender sus conquistas. Debe defender el derecho a construir con su esfuerzo una vida digna y mejor.

9:10 A.M.

Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada , más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado Director General de carabineros. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.

Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.

Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria , a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos.

Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. con la obligación que tienen. Yo lo haré por mandato del pueblo y por mandato conciente de un Presidente que tiene la dignidad del cargo entregado por su pueblo en elecciones libres y democráticas. En nombre de los más sagrados intereses del pueblo, en nombre de la Patria , los llamo a ustedes para decirles que tengan fe. La historia no se detiene ni con la represión ni con el crimen.
Esta es una etapa que será superada. Este es un momento duro y difícil: es posible que nos aplasten. Pero el mañana será del pueblo, será de los trabajadores. La humanidad avanza para la conquista de una vida mejor.
Pagaré con mi vida la defensa de los principios que son caros a esta Patria. Caerá un baldón sobre aquellos que han vulnerado sus compromisos, faltando a su palabra... rota la doctrina de las Fuerzas Armadas.
El pueblo debe estar alerta y vigilante. No debe dejarse provocar, ni debe dejarse masacrar, pero también debe defender sus conquistas. Debe defender el derecho a construir con su esfuerzo una vida digna y mejor.

9:10 A.M.

Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada , más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado Director General de carabineros. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.

Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo.
En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.

Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria , a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos.

Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará.

Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.

El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.

Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!
Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.
( Salvador Allende )

Allende aquí y ahora: Alerta con EVO.
Hemos dicho que Allende Vive en la Victoria de la Revolución Bolivariana.
Y lo hemos dicho en contraposición a quienes insisten en un estático Allende Vive, como quien dice, Allende como ejercicio de nostalgia pero nada más.
Pero Allende vive. Por eso su recuerdo debe servir hoy para, ser útil a la lucha de estos días.

Poco tiempo antes del golpe en Chile, Pablo Neruda sacó a la luz pública un libro de combate, “Incitación al Nixonicidio y Alabanza de la Revolución Chilena”, por cierto, muy criticado por círculos de la alta literatura y la intelectualidad chilena, incluso de izquierda. La historia le dio la razón a Neruda y dejó muy feos a los que asumieron posiciones principescas frente a lo que consideraban un panfleto de Neruda.

El poeta tenía allí un verso dramático: “Chile es un Viet-Nam silencioso”
Muchos no entendieron el dramatismo de esa línea, pero lo que Neruda estaba diciendo allí era que el mundo no estaba lo suficientemente consciente de lo que estaba pasando en Chile. Que hacía falta solidaridad internacional hacia nuestro proceso.

¿Es que no hubo solidaridad con Allende, el pueblo chileno y el proceso de la Unidad Popular.

Sí la hubo, y mucho, incluso la solidaridad con Chile fue aún más alta que la que hubo con Viet-Nam, pero…¡PERO DESPUÉS QUE NOS HABÍAN TUMBADO..!

Antes de eso, se recibían muchas visitas en Chile, había como un morbo por ir a conocer qué era lo que estaba pasando, muchas declaraciones llenas de cariño pero nada más. De hechos concretos de solidaridad, en los países de esos visitantes, muy poco.

En Chile, por ejemplo, en solidaridad con Viet-Nam la juventud hizo una marcha de Valparaíso a Santiago (200 kilómetros) que la AP lanzó por el cable al mundo entero… O, cuando se hizo una recolecta de sangre en todas las universidades de Chile, también por Viet-Nam… Cuántas veces amaneció Santiago con pintas de gigantescas letras en solidaridad con Cuba.

Los pueblos que emprenden procesos de liberación necesitan de ese tipo de solidaridad, solidaridad en concreto, que es la que acorrala al imperio.
Por eso hoy, que no llegue tarde lo que necesitamos hoy.

El mejor homenaje a Salvador Allende en este 11 de ¨Septiembre de 2007, en esta Ämérica de aquí, en esta Venezuela de ahora, es impulsar un gran movimiento de solidaridad con el pueblo boliviano y con el gobierno del Presidente EVO MORALES, actualmente en medio de un siniestro plan golpista de la CIA y sus aliados de la oligarquía boliviana.

En el “Aló Presidente” del domingo 9 recién pasado, el Presidente Chávez, teniendo de visita a EVO responsabilizó al Azufre Bush de cualquier hecho anticonstitucional en Bolivia, de cualquier agresión al Presidente EVO.

Allende dijo una vez, y pasando por encima de la importancia que para Chile tenía y tiene la producción de cobre (Chile es el mayor productor de cobre del mundo), dijo Allende entonces, “…que se venga abajo el precio del cobre, pero que se termine la guerra de Viet-Nam y ese pueblo deje de padecer ese sufrimiento...!” Por quien tenía tan clara su responsabilidad de su papel histórico frente a la solidaridad, y para que otro pueblo no tenga que sufrir lo que sufrió el pueblo de Chile, vamos todos a organizar jornadas, movilizaciones a favor del pueblo boliviano y su querido presidente.

¡Esa es una tarea concreta que debe nacer aquí y ahora al recordar el heroísmo y la trascendencia del compañero Salvador Allende..!
¡A amarrarle las manos al imperialismo..!
¡A solidarizarnos con el gobierno de EVO MORALES y la Revolución Boliviana...!

El Tano.

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