viernes, mayo 27, 2011

Entrevista con Noam Chomsky a preguntas de diversos artistas, activistas y periodistas


"La inmensa mayoría de los ciudadanos árabes piensa que la mayor amenaza viene de EEUU e Israel"

Redpepper.org
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Para su segunda entrevista en menos de un año con el profesor Noam Chomsky (la 
primera tuvo lugar en Cambridge en septiembre de 2010), Frank Barat le pidió a renombrados artistas y periodistas que le enviaran cada uno la pregunta que les gustaría formularle a Noam.
John Berger
La práctica política sorprende a menudo por su vocabulario político. Por ejemplo, se dice que la reciente revolución en Oriente Medio se produce para pedir democracia. ¿Podemos encontrar palabras más adecuadas? ¿No es acaso la utilización de las viejas y tan a menudo traicionadas palabras una manera de absorber el impacto en lugar de recogerlo y seguir transmitiéndolo?
Para empezar, creo que la palabra revolución es un poco exagerada. Quizá pueda convertirse en una revolución pero, por el momento, es un llamamiento a una reforma moderada. Hay varios elementos, como el movimiento obrero, que ha intentado seguir más allá, pero aún está por ver hasta dónde llega. La cuestión es correcta pero no es fácil salir de ahí. No sólo sucede con el término democracia, también con cada palabra que tenga que ver con la discusión de asuntos políticos. Tiene dos significados. Tiene un significado literal y tiene el significado que se le asigna respecto al bienestar político, a la ideología, a la doctrina. Por tanto, o dejamos de hablar o intentamos utilizar las palabras de forma consciente. Como le digo, no solo ocurre eso con la palabra democracia.
Coja una palabra sencilla, como “persona”. Parece sencilla. Échele un vistazo. Es muy interesante ver lo que ocurre con esa palabra en EEUU. EEUU garantiza derechos personales que quizá lleguen más lejos que en cualquier otro país. Pero profundice en ellos. Las enmiendas de la constitución afirman muy explícitamente que no podrá privarse a ninguna persona de sus derechos sin el debido proceso legal. Eso vuelve a aparecer en la 14ª enmienda, pero fue la 5ª enmienda la que trató de aplicarlos a los esclavos liberados sin conseguirlo. Los tribunales han venido reduciendo y ampliando su significado de forma crucial. Ampliaron el significado para incluir a las corporaciones: entidades legales ficticias establecidas por un poder estatal. Por tanto, les concedieron los derechos de las personas, incluso derechos que iban más allá de los de las personas. Por otra parte, también redujeron su alcance porque lo lógico era pensar que el término “persona” iba a aplicarse asimismo a esas criaturas que caminan a nuestro alrededor haciendo los trabajos sucios de la sociedad y que no disponen de documentación. Pero no fue así, porque había que privarles de sus derechos. Por tanto, los tribunales,en su infinita sabiduría, decidieron que no son personas. Las únicas personas son la gente que tiene la ciudadanía. Por tanto, las entidades corporativas no humanas como el Barclays Bank, son personas, con derechos de gran alcance. Pero los seres humanos, la gente que barre las calles, no son personas, no tienen derechos y lo mismo ocurre con cada término que examines.
Cojamos ahora la expresión “acuerdos de libre comercio”. Por ejemplo: hay un Acuerdo de Libre Comercio Norteamericano: Canadá, Estados Unidos y México. El único término exacto que hay ahí es “norteamericano”. No es realmente un “acuerdo”, si es que se considera que los seres humanos forman parte de sus sociedades, porque la población de los tres países estaba en contra del mismo. Por tanto, no es un acuerdo. Tampoco va de “libre comercio”, es proteccionista en sumo grado, establece tremendas protecciones a los derechos de monopolio en los precios de las corporaciones farmacéuticas, etc. Una gran parte de todo eso no va de comercio en absoluto. En realidad, lo que llamamos “comercio” es una especie de burla.
Por ejemplo, en la antigua Unión Soviética, si se fabricaban ciertas partes en Leningrado y se enviaban a Varsovia para que las montaran y después venderlas en Moscu, yo no llamaría a eso comercio, aunque cruzara fronteras nacionales. Eran interacciones dentro de una economía de mando único. Y ocurre exactamente lo mismo si General Motors fabrica unas partes en Indiana, las envía a México para que las ensamblen y las vende en Los Ángeles. Eso sería comercio en ambos sentidos. En realidad, si se busca la parte comercial, solo representa el 50%. Eso es bastante poco. Y gran parte del acuerdo tiene que ver sólo con derechos de inversión: garantizarle a General Motors, por ejemplo, los derechos de las compañías nacionales en México, cosa que los mexicanos no consiguen en EEUU. Cojan el término que quieran. Se van a encontrar siempre con exactamente lo mismo. Por tanto, sí, eso es un problema y tenemos que afrontarlo intentando clarificar de qué modo utilizamos una terminología equivocada.

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